Sin duda, fue una de las mejores cenas que tuvimos en Santiago. La comida y el vino estaban a buenos precios, y el atún fue la mejor opción. Además, el ambiente era cálido y acogedor.
Recomendaría probar el tartar de atún como entrante, el atún braseado con risotto como plato principal, y el pulpo con crema de choclo. Todos estos platos fueron excelentes y una experiencia gastronómica memorable.
Las comidas eran increíbles y los cócteles divertidos. No podrías equivocarte con ningún plato en este restaurante. Además, la experiencia culinaria fue excelente y el chef merece un abrazo al final de la noche.
El lugar es bonito y tiene un ambiente cálido y acogedor. Aunque durante el almuerzo del domingo había mucha gente, lo que puede afectar la comodidad de las sillas y la cercanía de las mesas, la experiencia en general fue positiva.
El restaurante ofrece un menú infantil adecuado para niños, lo cual es una ventaja para las familias que deseen disfrutar de una comida en este lugar. La atención para niños es un punto a favor para aquellos que buscan un lugar familiar y acogedor.